Me abracé a tus besos,
a tu olor a cigarrillo y cerveza,
a la temperatura de tu cuerpo desnudo
y a tus gestos de placer.
Me aferré a tus promesas, a tu encanto,
a la sonrisa más perfecta del mundo,
a tus ganas, tu sabor
incomparable
y a tus gestos de placer.
Y sigo soñando con esas noches,
con el ritmo de tu respiración,
con tus manos activadas por mí.
Te abrazo, me aferro y sigo,
deseo como siempre
tu lengua, tu cuerpo, tu todo
tus gestos de placer.
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