jueves, 24 de marzo de 2011

L

A vos que apareciste en el momento indicado y trajiste a nuestros días la paz que tanto necesitábamos. Vos, que con la fuerza del León hiciste que derramáramos lágrimas a tu alrededor, y lograste derribar esa pared de inestabilidad que nos rodeaba. Llegaste y con tu inocencia encendiste todas las luces del camino, que nos permitieron ver que la felicidad no es sólo momentos, porque a la felicidad la trajiste vos, para que viva entre nosotros eternamente. A vos, León que con tus garras serás capaz de alcanzar el infinito. Vas a estar grabado en mi piel para siempre, y todo mi amor es para vos.