jueves, 2 de mayo de 2013

La invitación

Te invito a decirme palabras hermosas, a acariciarme con dulzura y a hablarme al oído.
Te invito a soñar conmigo un futuro, a imaginar un hogar de película.
Te invito a dejar de lado tus miedos, a aprender a confiar en mí y en todo lo que tengo para darte.
Te invito a dejar de lado nuestras diferencias, a unir nuestros cuerpos en uno sólo.
Te invito a cantarme canciones de amor, a quererme con locura.
Te invito a viajar juntos adonde siempre anhelamos, a conocer gente nueva y lugares inolvidables.
Te invito a darme paz, a sacarme de encima todo lo que en el pasado me lastimó.
Te invito a enseñarme a perdonar, a decir adiós a lo que nunca fue.
Te invito a construir conmigo una nueva realidad, que sea nuestra y de nadie más.
Te invito a enamorarte de mi cuerpo, de mi mente y de mi alma.

Y cuando no quede nada por decir, cuando no quede nada más por hacer, podés desnudarme tranquilo.

Sentado


Vos sentate, yo voy a mostrarte lo que puedo hacer. Mis manos están preparadas para la ocasión, mis dedos conocen exactamente su camino.

Vos sentate y mirame sin acercarte. Hoy no formás parte del show. Hoy mi cuerpo es de nadie más y es prohibido para vos.

Vos sentate y dejá a tus ojos llenarse. Yo me encargo de cerrar los ojos y sentir mi propio calor. Mi piel es suave y  húmeda y me invita a recorrerla.

Vos sentate y mantené tus manos alejadas. Hoy no tenés el permiso para tocarme. Hoy sólo mis dedos pueden hacer lo que alguna vez supiste hacer vos.

Vos sentate y no te muevas. Yo puedo abrir los ojos cuando quiera porque nadie más que yo está a cargo esta noche. No te necesito, o quizás sólo para sentir tu excitación.

Vos quedate ahí, sentado y sin siquiera rozarme. Yo puedo gritar y rasguñarme de tanto placer. Puedo sentir cómo mis músculos se endurecen, se inflaman.

Vos sentate. Yo exploto.
¿Seguís ahí? Acercate, abrazame, necesito a alguien con quien dormir.